Metido en el retrete de palacio
tras renunciar al trono por amor,
con entera consciencia y diligencia
voy a hacer al desnudo confesión.
No es más que un desahogo repentino,
tomároslo con calma y buen humor,
dos virtudes que siempre he practicado
con paciencia y encanto socarrón.
Pues ya hablaron de mí los ciudadanos,
a veces con impúdico valor,
quiero que con idéntica prestancia
se atengan a mi propia y real voz.
No soy más que ninguno ni tampoco
deseo despojarme del honor
con que me revestí de luz sirviendo
orgulloso y feliz a la nación.
Que hubiera en mi reinado tropezones
ciertos como elefantes ¿por qué no?
Soy humano, tremendamente humano,
pero pedí con lágrimas perdón
y la masa social mayoritaria
con plenaria indulgencia me aceptó.
Lo que no me parece de recibo
ni pienso recibirlo, por Señor,
es el trato humillante y negativo
de simple o simplicísimo Borbón
con que algunos muy mal intencionados
intentan esparcir niebla a mi Sol,
puesto el pie en el estribo y decidido
a que reluzca impar la Institución.
Quita allá, pueblo mío, esa estulticia,
que Yo fui tu Supremo Embajador
ante el oro-petróleo de los árabes
y ante toda la América de Dios.
Los resultados a la vista están
con el AVE a La Meca de un tirón,
la amistad con el negro de alma blanca
o los besos al primo de primor
(me refiero a Marruecos con templanza,
no lo invoquéis a mal, que fue crisol
de nuestra raza hispano-visigótica
frente a Tarik, Mohammed o Almanzor).
No espero entre vosotros disensiones,
tan árbitro es Felipe como Yo,
Felipe es de raíz monorgamática,
católica, austrohúngara y borbón.
Yo os lo entrego dispuesto al sacrificio
en el altar de mi renunciación,
que me ha costado trances dolorosos
como el “23 F” inserructor
o los muertos de Atocha y otros tantos
que con Adolfo Suárez me ocurrió .
Jugad a mantener las tradiciones,
no me rompáis, por Mas, el corazón.
A mí dejadme en paz con la Corinna,
que la conozco bien y es un bombón;
después de cuarenta años en el trono,
Sofía con Irene irá mejor.
A la Reina, que no se la desflore
con cuentos o con cuentas alimón,
pues ha sido “partenos” periclana
sosteniendo mi polvo encoñador,
igual que una cariátide impertérrita
en mármol de ateniense Partenón.
Por griega y ortodoxa y musical,
dejadla a su incumbencia, por favor,
ya que a ella le debo cuanto he hecho
como español, tozudo españolón,
en corridas de toros en Las Ventas
y en ocasiones varias sin rubor.
Bastante me ha sufrido día a día
para que la retenga cara al sol.
Detrás de nuestros muertos vamos todos,
nuevas generaciones van en pos.
¿Qué deciros del bi-bipartidismo?
Que su estabilidad no es coja opción
para dar relevancia de unidad
al alto y preparado Sucesor
que es mi hijo Felipe, gran muchacho
maduro con Letizia... y Leonor,
Letizia, una plebeya de la plebe
que a ser parte castiza se atrevió
y está resplandeciendo de grandeza
al brazo de su amante seductor.
Libertad y progreso os concedí,
continuadlos con determinación.
Sólo la economía da reposo
a un país inconstante y bullidor
que amenaza con irse a la puñeta
por el paro que parará Rajoy.
Mal camino sería disolverse
en referemdums cien sin ton ni son;
mal camino seguir a la deriva
tras señuelos que causan estupor,
como ese del Pablemos coletilla
con maneras y temple de empollón
que se ha alzado a la grupa del 15-M
superasambleario embaucador;
mal camino saltarse a la torera
la Ley que nos protege a vos y a Nos;
mal camino quemar la nave regia
que tantas marejadas solventó.
Podemos y debemos ser gigantes,
apartad de vosotros lo peor.
No me alabo Yo solo, me alabaron
los pobres y los ricos con razón
porque fui timonel bien avezado
en sortear escollos a favor.
Disculpad que lo diga, pero es claro
que a todos acogí en la embarcación
hacia un rumbo no antes recorrido
ni a vela ni a remolque ni a vapor,
y con mano segura y tino fijo
a buen puerto os llevé sin dilación.
Entiendo que se extienda en torno a mí,
ahora que me canso y que me voy,
una oculta tristeza para unos,
para otros, un tibio resquemor.
No temáis, adelante, sed valientes,
no me paguéis con la desafección.
Parece que es de cisne mi cantata,
pero no, pero no y más pero no.
Al pueblo soberano tuve en cuenta
por causa de mayor estimación,
y es que el pueblo es la brújula del Norte
que se mueve a babor y ¡ay! a estribor
y conviene atender sus movimientos
desde el puesto de mando sin tensión.
Borrón y cuenta nueva si es que en algo
os defraudé ignorante o por error.
Que enfiléis la inmediata singladura
por la senda de la Constitución.
Me voy pero me quedo oído atento
a vuestro impulso fiel renovador.
Todo pasa en la vida verdulera,
todo pasa y se apaga la pasión;
pasaron las delicias y las penas,
mi tiempo en contratiempos se pasó;
salvando las distancias me tendréis
aunque sea apoyado en el bastón.
Que de este soliloquio discretísimo
se desprenda mi fe en vuestra labor.
Gracias por soportarme hasta el final.
Me encuentro viejo y torpe. Adiós, adiós.
Ya quieto en mi retiro cartujano
consideradme un moderador.
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
Franco hubiera dicho que bastante hizo, que no podía esperar más de él dado el mundo "democrático" en el que tenia que entrar por fuerza. Así que amén, Apuleyo.
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