Siempre te digo lo mismo.
Siempre te cojo fumando.
Siempre te vas evadiendo
mientras yo te estoy buscando.
¿Hasta cuándo, ilusionista,
señora mía, hasta cuándo?
La vida es humo, lo sé,
y humo en ti estoy aspirando.
Mas si respiro es que vivo
y si vivo y sigo amando
es que el humo no me mata
muerto de amor suspirando.
Dame la mano y no vayas
detrás de otros tanteando
porque ya me acostumbré
a verte siempre fumando.
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
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