A las
estrellas no les importa parecerse a un gusanito de luz en la noche.
La luz
brilla y se ofrece sin salirse de sí misma.
La sombra es
la espalda de la luz.
El sol no
pide permiso para desembarazarse de la oscuridad.
Los árboles
bailan el pasodoble español al son del viento que les abanica.
La lluvia es
el morse que teclean las nubes
entrechocándose, y se refleja en el redondo espejo mágico de las
titilantes gotas.
Los sueños
caminan sin pies sobre la almohada para no despertarnos.
El mar
levanta los hombros con el impulso de las olas jadeantes.
Los poetas
no saben qué hacer con su vida, y por eso se ponen a escribirla.
Dile a un
tonto que es listo, y se lo creerá a pies juntillas, con lo que demuestra que lo
es (tonto, no listo).
Dile a un
listo “qué listo eres”, y se quedará dudando, porque la duda es la mayor
sabiduría.
Por darnos
importancia, no atendemos suficientemente a las pequeñas cosas, que son las que
de verdad nos hacen importantes.
91 8470225
Eres una delicia, Apuleyo...
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