Sentadito en mi despacho
veo la tarde llover.
¡Qué collar de perlas finas
se derrama por doquier!
Saltan, danzan como atléticas
figuritas de ballet
las gotas alabastrinas
de un no se sabe qué qué.
La Sierra del Guadarrama
se cuaja en nieve. Placer.
Mas muy alto me lo fía.
¿Para qué tanto ascender
si tengo enfrente mi casa
esperándola caer?
Que llueva, que llueva;
que nieve, que hay sed
para recibir
su maná, ¡oh, eh!.
Ascensión o descensión:
dos modos de estar y ser.
¡Lo que aún nos queda
por ver!
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
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