martes, 9 de octubre de 2012

EJEMPLO DE TESTAMENTO PARA LOS HIJOS Y SERES QUERIDOS

Todo lo que aquí veis
cultivé por vosotros:
unos ciruelos claudios,
unos membrillos de oro,
unos verdes manzanos,
también llamados pomos,
unos pinos peinados,
unos almendros broncos,
unos prunos morados,
unos plátanos combos,
un frambueso polaco,
un castellano olmo,
un albaricoquero
y un olivo oleoso.

Convertí las arcillas
en terreno arenoso
para que las raíces
se esponjaran al fondo,
y surgieran judías,
cebollinos, repollos,
acelgas y tomates,
girasoles en corro,
puerros, pepinos, habas…,
todo de todo, todo.

Traje una vid navarra
porque me diera mosto
el día que volví
al Magisterio honroso
y un nogal que aún no ha abierto
su cascarón redondo
en el que se concentra
un cerebro escabroso:
Así es la nuez cascada
que nos produce asombro
con circunvoluciones
de enigmático embrollo.

Antes (y por si acaso
alguien pusiera coto
a lo que yo comprara
con esfuerzo costoso)
limité con la cerca
de piedras, trozo a trozo,
lo que al fin se mostrara
tentador a los ojos:
¡Miradlo cómo crece!
¡Es hermoso, es hermoso!

Los robles ya se erguían
aun sin estar nosotros,
y las zarzas punteras,
que pincharon mis dorsos,
mas contento estoy de ellas
y su fruto coloco
sobre la nata nívea
y el retumbante coco.
Este es su tiempo pleno
de pasión, y las cojo
para que en el invierno
me sirvan de socorro
cuando el agricultor
que soy yo, sí, soy yo
-quizás un algo loco
y con grandes manías-
ceda sus brazos flojos
y se meta en casita
como cualquiera otro,
al hogar de la lumbre
y a ver caer los copos
tras las ventanas, cejas
del campo bravo y hosco.

Pues…para lo descrito
abrí además un pozo,
que deberéis ahondar
al deshojarse otoño:
Las aguas se sumergen
día a día, y no es poco
que el climático cambio
resista a sus embozos
por los rizomas planos
y el cieno que fue polvo.

Entretanto escribí,
por liberar el lomo
curvado como el hierro
del azadón umbroso,
artículos y cuentos
que están en varios tomos.
(A veces, asimismo,
empiné, dulce, el codo.
No lo niego. En el vino
y en su placer gustoso
el hombre se resarce
del trabajo monótono)

Ya todo está dispuesto.
Mi testamento os dono.
Ser padre es la mayor
riqueza que amontono
y la mejor cosecha
que heredaréis, supongo.
No me olvidéis; mi vida
tiene sentido por vosotros.

Aquí, y en esta mesa
tan firme como el plomo,
firmo el poema, a cinco
de septiembre. ¡Qué gozo
verme recompensado
con mis hijos en torno!
Por favor, no lloréis;
reir, y hombro con hombro
manteneros erguidos
como los altos chopos.
Riamos, que es un río
la vida, sin retorno,
pero nos ha juntado
y ese sí que es el colmo
de la felicidad.
Ninguno es más que otro.
Ninguno se apoquine.
Ninguno vague solo.
Enramados os quiero,
brotes del mismo tronco.
Levantemos la copa.
¡Brindemos, mis retoños!
Yo me iré, qué remedio;
yo me iré, no sé aún como,
pero he sembrado mucho.
Sembrad también vosotros.

a.sotopa@hotmail.com
T: 91 847 02 25

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